Accidente Aéreo en Argentina
Fuente: Medios escritos
Octubre 25, 2010
Fuente: Medios escritos
Octubre 25, 2010
Un avión, con diez personas a bordo, se estrelló en una zona del monte pampeano poco después del despegue y se incendió, pero los ocupantes pudieron salvar sus vidas mientras el avión quedaba reducido a cenizas. El herido más grave, un hombre de 46 años, sufrió fractura de tibia y peroné en una pierna.
El accidente lo protagonizó un avión de origen ruso, el Antonov, AN-2 (toda una rareza en Sudamérica), con matrícula uruguaya. Según confirmaron fuentes de la Policía Aeronáutica, desde 2008 esta nave no cumplía con los requisitos aeronáuticos para volar y no estaba habilitada.
A bordo iban el piloto, siete paracaidistas y dos acompañantes. El piloto era el dueño del avión, Alberto Pol, especialista en salto, parapente y acrobacias. Es líder del Equipo Antonov, con base en Carlos Casares, que hace demostraciones y paracaidismo en tándem.
El accidente fue poco antes del mediodía en Santa Isabel, pueblo ubicado 300 kilómetros al oeste de Santa Rosa. Es una zona desértica, con franjas de monte de caldén.
Allí se reunieron estos aficionados al paracaidismo de Buenos Aires, Córdoba y La Pampa. En el avión –según la Policía de Santa Isabel– viajaban Mariano Sánchez, Ivana Alvarez, Gustavo Martínez, Edgardo Martínez, Hugo Beltrán, Mariano Rodríguez, Raúl Heredia, Ricardo Thompson y Santiago Curingan. Sin embargo, otros testigos consultados por Clarín indicaron que había hasta 15 ocupantes. Como la aeronave está habilitada para llevar un máximo de 12
personas, el sobrepeso puede haber sido una de las causas del accidente . La información policial preliminar sólo habla de un “desperfecto mecánico”.
El avión se estrelló pocos segundos después de despegar del aeródromo. Carreteó por la pista, que tiene unos 1.100 metros de extensión, y al sobrepasar la cabecera apenas se elevó unos tres metros del suelo. Según medios locales, el grupo de amigos y familiares que presenció el despegue advirtió que ya salía humo del motor.
El Antonov entró en emergencia y el piloto intentó un aterrizaje forzoso. Por eso buscó un terreno limpio, con vegetación baja. Pero chocó contra un bosque de caldenes, unos árboles de madera dura de entre tres y cuatro metros de altura. Los arrasó, y allí se rompieron las alas de uno de los laterales del biplano. El avión se dio vuelta y cayó panza para arriba. Entonces comenzaron las llamas en el interior, según relató Hugo Beltrán, unos de los paracaidistas.
El momento más dramático fue la evacuación, en medio de las llamas. Gustavo Martínez (46) que sufrió fractura de tibia y peroné, fue ayudado por sus compañeros para poder abandonar el avión. Beltrán e Ivana Alvarez, la única mujer a bordo, sufrieron quemaduras en sus manos.
Martínez fue llevado primero al hospital de Santa Isabel y luego trasladado al hospital de Santa Rosa. Allí fue enyesado y anoche se reponía de la herida. Los demás heridos fueron llevados al hospital de Santa Isabel. Todos tenían golpes en el cuerpo y Pol presentaba golpes más fuertes en el pecho.
Los integrantes de la Junta Nacional de Accidentes –organismo de la Fuerza Aérea que investiga los siniestros aéreos– llegarán hoy a Santa Isabel con la mira puesta en el exótico Antonov y su incursión en un lejano aeródromo del oeste pampeano.